Sin un esclarecimiento de lo que sucedido hace 25 años se intenta mantener vivo el reclamo en Argentina


El tiempo que pasa es la verdad que huye”, relacionó Walter Goobar con la búsqueda del esclarecimiento y los 25 años que pasaron del atentado a la embajada de Israel. El periodista, quien era jefe del área internacional en el diario Página 12,  cubrió el hecho y planteó que siempre existe alguna posibilidad que se conozcan más detalles sobre lo que sucedió, pero lo menos hay que responder cómo jugó cada uno de los actores”.

La justicia argentina está parada. La causa está congelada y desde algunos sectores políticos se intenta desentrañar lo que sucedió el 17 de marzo de 1992 en el centro porteño de la ciudad de Buenos Aires. El edificio, con estilo francés, pasó a ser una postal del infierno a las 14:47, cuando una camioneta Ford F-100 con cúpula blanca explotó matando a 22 personas y dejando más de 230 heridos.

“Israel plateó que hizo justicia por mano propia”, explicó Goobar, ya que el propio estado israelí, a través de algunos funcionarios  y exdiplomáticos, publicaron que los autores del atentado ya estaban liquidados en Oriente Medio, pero jamás presentaron alguna prueba al respecto: “Lo único que está claro, es que por medio de otro atentado, mataron a uno de los máximos jefes que organizó el atentado”.

Por su parte, el gobierno argentino se toma de esa conclusión israelí para desestimar la investigación que ellos mismo boicotearon para no “destapar otras causas de corrupción”. Lo que hay detrás de la investigación es una complicidad policial, venta ilegal de pasaportes, accesibilidad a la compra y venta de materiales explosivos, entre otras causas, que modificaron el curso de la investigación para que “no salga a la luz”.

Uno de los cuestionamientos que hace el periodista es: “¿Cómo es posible que no se haya descubierto por lo menos las casas operativas en donde se planeó el atentado?”.

A su vez,  Goobar plantea que hubo una posible zona liberada  ya que “es bastante curioso que en ninguno de los dos atentados (embajada de Israel y AMIA) no haya muerto ningún policía federal, además de que un patrullero que debía pasar por la zona fue desviado y cambiado de destino minutos antes de la explosión”.

Está claro que el presidente de Argentina en esos años, Carlos Saúl Menem, cumplió un rol importante en el atentado por sus fuerte relaciones en la política exterior argentina. Él fue catalogado como traidor por varios países de Oriente Medio.

Actualmente,  se está aplicando tecnología para intentar reconocer a los cuerpos que siguen siendo NN mediante el mismo método en el que las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo buscan a sus hijos y nietos.

Hoy a las 14 horas en la Plaza de la Memoria se llevará a cabo un acto conmemorativo, con la intención de mantener vivo el reclamo.

 


*Publicado en el periódico Excelsior