Desde los ojos de un extraño, se describe lo que sucede en Venezuela, detrás de la desinformación que prima en los medios de comunicación
Héctor Estrada asumió la dirección técnica de Aragua Fútbol Club en junio del 2018. Migró desde su Medellín natal hacia la ciudad de Maracay, a 120 kilómetros de Caracas. De Colombia a Venezuela. De la “eterna primavera” al centro de discusión del patriotismo justo de justicia de los debates que hay dentro medios de comunicación actuales. Desde su experiencia, cuenta la realidad que vivió en esos meses allí: “No se habla de dictadura”.
Imagen de: Prensa del Aragua Fútbol
Desarrollar el “Tema Venezuela” –como ya esta etiquetado- es complicado. Es un tema de discusión muy sensible porque hay situaciones cotidianas que han dejado expuesta a una sociedad hostigada durante muchos años por tener recursos naturales, en especial el petróleo. Es una tema de discusión delicado porque hay demasiada desinformación, donde cada parte toma las noticias desde su postura. Los chavistas defienden su idea de nacionalismo sin intervencionismo y los anti-chavistas plantean la necesidad de una ayuda externa para poder frenar el robo y la mala gestión. Es una discusión al fin y al cabo que parece que no quiere tener solución, pero golpea a una sociedad que busca lejos de su tierra su futuro: en 2018 se fueron 2.329.000, según la Organización Internacional para las Migraciones.
“Ellos son pasivos para la problemática
que viven y esperan que se de un cambio”
“Se siente la soledad de la gente que se está yendo y no alcanza para ver personas durmiendo en la calle”, responde Héctor Estrada con voz penosa, reconociendo la suerte que tuvo él y su equipo de trabajo: “Nosotros como cuerpo técnico fuimos unos bendecidos, ya que desde que llegamos no tuvimos ningún problema en la vivienda o en el salario, pero sí observa uno las dificultades de su gente, hasta de los propios jugadores, es muy difícil”.
Como creyente católico agradece a “Dios por la su fortuna”, pero plantea una realidad: “No podemos ser indiferentes a la problemática que vive la gente de allá: El transporte es un caos, la gente viaja muy mal, los buses que pasan cada hora, y es todo un lío”. Cuando hace hincapié en el supermercado, afirma que “faltan muchos alimentos de primera necesidad y eso lo viven los jugadores y la población en sí”.
El técnico de 60 años estuvo tres meses y medio en la institución: “Fue una experiencia muy linda en donde le planteé al equipo una idea de juego clara, basada en buscar al arco contrario, atancando de una forma eficaz”. Si bien llegó a la final de la Copa Venezuela, uno de los objetivos planteados, reconoce que su logro fue implantar una forma de juego diferente a la que se venía trabajando en tan poco tiempo: “Doce partidos sin recibir goles. Consolidamos un poder defensivo en donde tener 0 en contra nos da fortaleza y ánimo para proponer en ataque”.
“En Venezuela
no se habla de dictadura”
“La ciudad de Maracay es una ciudad muy bonita, con una infraestructura con hoteles muy bonitos, con un clima caliente, muy agradables, pero viviendo las contingencias que hoy vive todo el pueblo venezolano, toda la situación política y económica que afecta a la población, que no la deja avanzar”, describió Estrada, quien es le es difícil no describir la ciudad sin contextualizarla con la crisis social del lugar. Su empatía vuelve a injerir en la descripción cotidiana: “Lo peor que le sucede a los venezolanos es el tema de salario que va cambiando constantemente. Hoy es uno, mañana amanece y es otro y así va cambiando y dentro de ocho días es otro”, y prosigue: “Entonces acomodar el salario a la realidad en que se vive es casi imposible. Lo que hoy es barato, mañana es caro y luego mucho más caro”.
Ante la pregunta de cuánta información circula por los medios de comunicación locales, Estrada contesta sin titubear: “Por la televisión se ve la problemática del país. En todos los estado se ve la realidad, el problema del transporte, el problema de la comida, escasez de producto, escasea la canasta, sus productos básico, pero ellos van sustituyendo unas por otras y van yendo, pero no se ve una solución posible”.
Cuando el ex técnico del Aragua intentó dar una visión sobre la resolución a estos problemas, la respuesta es desalentadora: “No se ve solución posible”. Y desarrolla: “Ellos apoyaron y tuvieron las esperanza con los primeros años de Chavez, pero luego le fueron perdiendo el sentimiento y con maduro esperan que se pueda dar un cambio o un giro a la situación del país. Ellos han perdido la fe, la esperanza, que viene un cambio rápido”.
“No hablan mal de Nicolás Maduro
y están esperanzados que algo bueno venga”
Con el mismo tono solemne que se mantuvo toda la entrevista, Héctor Estada, intenta explicar la situación, a partir de un perfil de los venezolanos que él conoció: “Ellos son pasivos para la problemática que viven y esperan que se de un cambio, pero son escépticos y está ahí viviendo esperando que la situación cambie”. Y concluye: “No se ve un impulso del individuo de acción, de expresarse de liberar o de proponer cosas serías, más radicales o más de acción”.
Con la experiencia vivida, y ante la pregunta de quien está redactando estas líneas, el Director Técnico entiende que dentro de Venezuela “no se habla que vivan en una dictadura” y se sincera: “A uno, en confianza y con mucho respeto, los ciudadanos de Maracay le han contado lo mal que viven, pero no hablan mal de Nicolás Maduro y están esperanzados que algo bueno venga”.
Imagen de: Prensa del Aragua Fútbol
Héctor Estrada es uno de los tantos ojos extraños que fue a Venezuela y conoció una realidad desde adentro. Sin prejuzgar y con la empatía que amerita una opinión consistente, dejó el Aragua Fútbol Club por “razones personales” y seguirá su carrera profesional sin rumbo definido. Aún sin club, volvió a su Medellín natal, viviendo la realidad de una ciudad con muchos problemas, pero no con la migración, soledad y crisis que había en Maracay, ni con el intento de Golpe de Estado que mantiene en alerta permanente. Tanto Estrada como todos los venezolanos y muchas personas en todo el mundo, desean lo mismo: “Una salida pacífica para Venezuela”.
Héctor Estrada Cano nació el 17 de octubre de 1958. Comenzó como técnico en 1990 en las divisiones menores de Atlético Nacional. Llegó al Aragua Fútbol Club procedente del Valledupar FC, equipo de segunda división de Colombia. A su vez, en sus 23 años de trayectoria dirigió, entre otros equipos, a Alianza Petrolera en 2012 y a Jaguares de Córdoba en el 2014, en donde los sacó campeón.