Este es un diario de viaje que se fue escribiendo durante los 33 días que duró mi experiencia mundialista, que recoge la historia de Rusia, la vida en sí y la noticia de la Copa del Mundo


Día 29: Riga (Vilnus)

Darío Sztajnszrajber tiene muchos problemas. El primero sin dudas es su apellido, ¿cómo escribirlo sin copiar, pegar y chequear? Sería imposible. Te quita tiempo, te cansa la vista y te genera arrugas en la cara por hacer la mirada pensadora de Holmes durante varios segundos.

Otro conflicto que tiene este docente de filosofía, entre tantos que no debemos conocer, son sus malditas preguntas. Su búsqueda de una verdad que él mismo sabe que no existe. Entonces, si cuestiona para buscar una verdad que saber que no va a encontrar, ¿para qué pregunta?

A veces, la pereza intelectual nos intenta marcar un camino más corto, pero eso no significa que sea deshonesto. En las últimas horas, la tecnología, creada por la inteligencia humana, hizo que un jugador de fútbol se teletransporte. Podría ser, tal vez, la primera teletranportación solo vistas en las películas y se le debería dar una medalla a la Televisión Belga. Hazard estaba en el estudio de su país respondiendo preguntas, minutos después de haber finalizado el partido frente a Francia en Rusia, ¿cómo hizo?

La respuesta es un holograma creado a la perfección, en donde hay un error o una intención de mostrar a un joven del público que no está mirando el plató donde estaría supuestamente el jugador, sino que observa un televisor. Una mentira de la verdad. Una entrevista verídica en un lugar falso.

Y ahí aparecer las preguntas, ¿es deshonesto? ¿Se le miente al televidente? ¿Dónde está el barro de la calle? ¿Es periodismo o se convirtió en otra profesión? ¿O es más periodístico el holograma que entrevistarlo en el vestuario?

Me pregunto y me contradigo con el inicio. Hago lo que hace Darío Sztajnszrajber, pregunto sin tener respuestas seguras. Mejor expresando: busco donde sé que no hay una verdad, pero pregunto igual.

Lo que Fernando Birri, director y cineasta Latinoamericano, pensó y Galeano expuso en varios programas de televisión, es que “la utopía está en el horizonte y se aleja un paso por cada uno que das, y su único objetivo es hacerte caminar”.

Y creo que Sztajnszrajber es un buen caminador, pero por sobre todo golpeador. Pregunta para que la utopía haga ejercicio y golpea a los que se creen dueños de una única verdad.

Tal vez, lo que pasó en la TV Belga es un avance tecnológico o tal vez es la continuidad de la muerte del periodismo en la Televisión. Aún no lo sé. La historia escribirá su verdad y nosotros estaremos aquí para cuestionarla.