Este es un diario de viaje que se fue escribiendo durante los 33 días que duró mi experiencia mundialista, que recoge la historia de Rusia, la vida en sí y la noticia de la Copa del Mundo


Día 27: Vilnus (Lituania)

La repetición debería ser condenada por el delito de la normalidad. Es el primer causal frente a lo que damos como cierto, sin tener premisas válidas y está enfrentada a la tía solterona, llamada crítica, que está todo el tiempo ausente, a menos de que la llames.

El teléfono suele estar en “modo luna” o silenciado, generando la aceptación de los hechos, sin llamar a un por qué.

Este mundial sigue escribiendo la actualidad y rompiendo con lo establecido  por la repetición de la historia.

Los creadores del fútbol (Inglaterra) vuelven a estar en una semifinal de la copa más importante del planeta luego de 28 años.

Otro dato curioso es que sólo hayan ganado una y que un país sudamericano los haya superando en un quinientos por ciento. El alumno sobrepasó al maestro.

Y algo que no estábamos acostumbrado, era no ver a Brasil o Alemania en esta instancia, ya que desde 1930 no pasaba. Sí, en el primer mundial fue el único que ninguna de estas selecciones (que coleccionan 9 copas en sus vitrinas) clasificaron a las semifinales.

A veces la normalidad es el somnífero para no ver los problemas de la realidad, tapada por eventos circunstanciales.

Que esta nota tenga a Brasil como dato futbolístico y no como noticia de la pelea entre jueces por la liberación de un ex presidente, o que desarrolle a Inglaterra como creador del Fútbol y no como parte del Fondo Monetario Internacional, es el somnífero que necesitamos.

El problema no es el evento futbolístico que se usa como telón, sino que los espectadores no llamen a la crítica. A preguntarse qué pasa o por qué está pasando.

El conflicto no está en el fútbol, sino que detrás de él. Porque en los juegos los problemas terminan cuando la partida finaliza.

La repetición es parte de la acción de tener el teléfono en silencio y no llamar a la crítica. Es como el perro de Pavlov: ver fútbol y está todo bien. Entonces cada vez que ves fútbol va a estar todo bien. Pero, si hay algo mal, te siguen pasando fútbol entonces seguís pensando que está todo bien. Y esto se podría ejemplificar en la gran masa de la población se enteró del conflicto de Palestina por la suspensión de un amistoso de Argentina.

Hay que matar al perro de Pavlov y amíganos con la tía solterona para entender lo que pasa en el país.