Este es un diario de viaje que se fue escribiendo durante los 33 días que duró mi experiencia mundialista, que recoge la historia de Rusia, la vida en sí y la noticia de la Copa del Mundo
Día 24: Chernobyl
Buscar la ventana para no deprimirse. Edificios gigantes, pero irreconocibles por dentro. La guía dice que es una escuela o un hospital, da igual, está todo tan destruido que puede ser hasta el correo o un banco.
Desde dentro, se ven los pedazos de una vida que cambio de un segundo para el otro. Afuera, la vegetación se apoderó de la ruina y hace ver vida, donde se creyó que estaba todo perdido.
Lenin sigue vivo en el centro de Chernobyl como prueba de inmortalidad, a pesar de la explosión, la radiación, pero sobre todo por la ruptura de la URSS en donde se borraron los monumentos y banderas en este país.
Las esperanzas se perdieron. La radiación las mató, pero Ucrania aprendió a vivir con eso y se superó. Un error humano a partir del choque de moléculas para generar energía, provocó esta catástrofe, pero también una enseñanza párala Selección Argentina: hay que buscar la ventana.
A partir de la renuncia del cuerpo técnico, Sampaoli está solo. No es raro que renuncie, lo curioso es el dinero que desembolsa la AFA para bancar cuatro DT entre un mundial y el otro. Pero aún más preocupante es la falta de un proyecto a largo plazo, en donde hay que buscar una construcción del seleccionado desde el trabajo en equipo y las juveniles, y no de las individuales.
Lo ideal no es un técnico a lo Lenin, inmortal, pero sí que pueda durar y hacer generar una idea de juego. Una forma que la Argentina perdió y necesita recuperar. Pero ahora, no solo en las finales o cuando arranca el torneo. Necesitamos que se inicie en este momento. El proyecto tiene que tener tiempo, conocimiento, táctica y los resultados llegarán.
Hoy, estamos adentro de los edificios de Chernobyl, buscando una ventana. Necesitamos buscar esperanza y vida, donde creemos que no la hay.