Si Bilardo lee esto estaría con una sonrisa. Es que Australia logró las dos clasificaciones con pequeñas ventajas con robo de información. La primera fue ante Perú en el repechaje para entrar en la Copa del Mundo y durante las últimas horas ante Dinamarca para meterse entre los 16 mejores del mundo. 

El 13 de junio de este año, el portero australiano Andrew Redmayne hizo ‘desaparecer’ los apuntes del arquero peruano Pedro Gallese en plena tanda de penales, aprovechando que el guardameta se preparaba para atajar un lanzamiento. El hecho se produjo durante la tercera ejecución, a cargo de Craig Goodwin. Mientras el ‘Pulpo’ estaba atento mirando al frente, el australiano tomó una botella donde Gallese tenía escritas referencias de los pateadores rivales y la arrojó detrás de las vallas publicitarias, dejándola fuera de alcance.

En imágenes de la transmisión del partido se logra ver a Redmayne caminando cerca a los paneles con la botella en su mano izquierda. Luego la dejó caer haciéndose el distraído. Le sacó información y ganaron la tanda de penales. 

Pero, durante el partido con Dinamarca otro papel apareció. Faltaban 21 minutos para el final del partido en el que Australia derrotó a Dinamarca por 1-0 y le permitió conseguir la clasificación a los octavos de final del Mundial Qatar 2022. Con la necesidad de revertir la derrota que los llevaba a la eliminación, el entrenador de los daneses, Kasper Hjulmand, decidió un doble cambio y envió al campo de juego a los delanteros Robert Skov y Andreas Cornelius. Ambos ingresaron con una primera misión: llevar unos mensajes escritos en papeles para que los vean compañeros que quedaban en la cancha. La transmisión oficial llegó a mostrar que el primero de ellos fue corriendo hacia Christian Eriksen y se lo entregó.

Dos minutos más tarde, Dinamarca buscaba la igualdad y en el banco de suplentes de los australianos comenzaron a verse movimientos atípicos. El entrenador Graham Arnold se juntó con sus ayudantes y comenzaron a evaluar algo. Al menos una de las notas escritas a mano que contenía instrucciones tácticas terminó en las manos australianas. 

Australia utilizó su primera ventana de modificaciones para alterar el sistema de juego y comenzar a defender con cinco jugadores, para pasar a jugar con un 5-4-1. De esa manera, el experimentado Bailey Wright, un zaguero de 1,85m, entró al campo para sumarse a la defensa. El marcador no se alteró y Australia selló la clasificación. La picardía dio resultado otra vez.